viernes, 27 de enero de 2012

Palabras para Fátima

Supongo que quien sólo tiene palabras, son palabras todo lo que da. Yo ni siquiera las tengo. Necesito escribirlas para que sean mías, porque muchas veces no soy capaz de pronunciarlas, ya lo sabes. Se me quedan ahí, colgando de la punta de los labios, y acaba por salir un balbuceo que sí, queda gracioso, pero no sirve para decir nada, y mucho menos las cosas que realmente importan. Luego también está la distancia. Supongo que cuando nos conocimos, hace ya casi diez años, ninguno de los dos pensaba que íbamos a recorrer todo este camino juntos, de la mano o desde lejos, y que íbamos a ir pisando por las mismas baldosas amarillas. Si no fuera por la distancia, podría estar mirándote a los ojos mientras te digo todas estas cosas, o mejor dicho, mientras dejo que salga un balbuceo de mi boca porque todo esto me atropella, y tú me miras y sonríes, como lo has hecho siempre. Eres un corazón enorme detrás de una sonrisa maravillosa.
Bien pensado, y aunque no lo quiera, la distancia es hoy una excusa. Porque hoy podría escribir muchas palabras, crearlas de la nada, que aparecieran sobre un papel, pero nunca alcanzaría a decir todo lo que intento decirte. Podría hablarte de pérdidas y no sabría de lo que estoy hablando; podría hablarte de mirar hacia delante cuando a mí me duele el cuello de echar la vista atrás; podría decirte que todo pasa sabiendo que lo que pasa se convierte en pasado, y que el pasado siempre vuelve. Al menos, de vez en cuando. Podría jurarte, también, que en el cielo que nos espera ya no habrá más nubes, pero sería mentira: aún tenemos que bailar bajo demasiadas tormentas. Podría mentirte, pero no quiero; si puedo, no lo haré nunca.

Podría decirte miles de cosas.

Podría decirte, por ejemplo, que a veces juego a vernos dentro de unos años, en un banco cualquiera en un parque cualquiera, sentados espalda con espalda. A veces hablamos, de nuestras vidas. A veces ni siquiera eso, sólo callamos y dejamos que se consuma la tarde. En silencio, sin balbuceos. Mereces que todo te salga bien.
Podría decirte que estoy a tu lado, que estamos a tu lado, pero espero que eso ya lo sientas. Llámanos. Caminar en la oscuridad no es fácil, siempre vienen bien algunas manos en las que apoyarse para avanzar. Quizá, y sólo quizá, entre todos duela un poco menos.

Podría decirte que esto te hará más fuerte. Pero tú ya eres fuerte.
Podría decirte muchas cosas.

Podría decirte que te quiero, pero eso ya lo sabes.
Podría decirte tantas cosas, que lo mejor es que me calle para no balbucear. Sin parque, sin banco, pero espalda con espalda, aunque sea desde lejos. En silencio.

2 comentarios:

Nur Silsila dijo...

Preciosas y enternecedoras palabras que me dejan sin las mismas.
Bravo.

Anónimo dijo...

Nunca. Olvidare esto...Gracias. De corazon.