jueves, 31 de diciembre de 2009

Epílogo para este 2009

Hago este cuestionario empujado por la ilusión que Indo le ha puesto… y porque me gustan los cuestionarios, para qué negarlo…

1. ¿Qué hiciste en el 2009 que nunca habías hecho antes?
Comprarme un coche, formar parte de un ERE, estar en paro… varias cosas.

2. ¿Mantuviste tus resoluciones de Año Nuevo, y harás nuevas?
Hacer propósitos se me da bien, pero como ando más escaso a la hora de cumplirlos, ya no los hago.

3. ¿Se casó alguien cercano a ti?
Alguien que primero fue compañero de trabajo, luego amigo y ahora las dos cosas.

4. ¿Nació alguien cercano a ti?
No.

5. ¿Murió alguien cercano a ti?
Muy cercano no, pero seguro que a alguien echamos en falta.

6. ¿Qué países visitaste?
Ninguno, aparte del que me soporta todos los días.

7. ¿Qué te gustaría tener en 2010 de lo que has carecido en 2009?
Decir dinero sería muy manido, a que sí? Bueno, pues estabilidad.

8. ¿Qué fechas de este año permanecerán en tu memoria?
Soy bastante malo para las fechas.

9. ¿Cuál es tu mayor logro del año?
Conseguir que nada ni nadie me cambie el carácter. Sigo siendo yo, a pesar de todo, y sigo echándole un pulso a la vida a base de humor.

10. ¿Cuál ha sido tu mayor fracaso?
Cometo un error tras otro, pero yo no lo llamaría fracaso.

11. ¿Has sufrido una enfermedad o herida?
Ninguna importante, o que merezca la pena recordar. A lo sumo, una rotura muscular.

12. ¿Qué ha sido lo mejor que has comprado?
Todos y cada uno de los libros que ahora están en mi estantería. Y ojalá hubiera podido comprar más. No podría decir sólo uno..

13. ¿El comportamiento de quien merece celebración?
De todos aquellos compañeros que han mantenido su integridad a pesar de todo y de todos, de aquellos que han comprendido que la ética personal y profesional está por encima de los intereses empresariales, y que dejarse llevar no es nunca una buena opción. Sombrerazo para todos ellos.

14. La actitud de quien te ha hecho sentir deprimida u horrorizada?
Me cuesta pensar que alguien pueda levantarle la mano a una mujer, y casi me horroriza cuando vemos que es alguien joven, alguien que se supone que se ha educado en una sociedad justa. En el ámbito más cercano, alguien se dará por aludido sin necesidad de que le mencione.

15. ¿Donde se ha ido la mayor parte de tu dinero?
Más allá de lo necesario para vivir, el mayor gasto se reparte entre libros y el coche.

16. ¿Qué te ha hecho mucha ilusión?
Tener la capacidad de callar a aquellos que no creían en mí, o que creían solo a medias. Ahora me falta creer en mí mismo.

17. ¿Qué canción te recordará siempre el 2009?
Sería injusto decir una. Cada una ha tenido su momento, pero no me recuerdan al año en general, sino a algo en concreto. Esclavo de tu amor, de Revólver, ha sido una buena excusa para cerrar el año.

18. Comparando con hace un año, estás:
i. ¿más content@ o más triste?
Más o menos igual. Quizá más contento, porque tengo un año más y sé algo más de la vida que hace un año.
ii. ¿Más delgad@ o más gord@?
El médico dice que la piel ya no me va a dar de sí… no, en serio, más gordo (creo).
iii. ¿Más ric@ o más pobre?
Por el estilo, ahí no ha habido cambios sustanciales.

19. ¿Qué te gustaría haber hecho más?
Viajar, sobre todo. Eso siendo egoísta. También haber compartido más tiempo con toda la familia junta, reír más con los amigos…

20. ¿Qué te gustaría haber hecho menos?
¿Vale trabajar? Haberme echado menos las manos a la cabeza por ver cómo los empresarios tratan a los periodistas, y lo que hacen con los medios de comunicación.

21. ¿Cómo pasarás la Navidad?
Entre la familia y los amigos. Disfrutando de noche y aprovechando el día. Como toda la vida, pero con mayor responsabilidad.

22. ¿Te has enamorado en el 2009?
Es complicado vivir sin estar enamorado, así que supongo que sí. Supongo que me ha faltado valor para gritarlo en mitad de la noche, o quizá todavía late por dentro y no se ha dado a conocer.

23. ¿Cuantos rollos de una noche?
No es un blog el mejor sitio para contar intimidades.

24. ¿Tu programa de televisión favorito?
El trabajo se encarga de hacer la selección. Ninguno. Sólo veo Buenafuente, porque es lo que ponen cuando llego de currar.

25. ¿Odias a alguien a quien no odiaras a estas alturas del año pasado?
Odiar a alguien es darle la oportunidad de que forme parte de tu vida. Además, del odio nacen muchas guerras, y estoy harto de ver gente polvorienta buscando familiares entre los cascotes. Basta ya.

26. ¿El mejor libro que has leído?
Muchos, pero sólo recuerdo los últimos, como casi siempre. Kafka en la orilla me gustó mucho, por mencionar sólo uno. Quizá no haya sido siquiera el mejor.

27. ¿Cúal ha sido tu mayor descubrimiento musical?
El karaoke del Stone Pub, jeje. Escucho todo tipo de música, así que, bastante.

28. ¿Qué querías y conseguiste?
Que nadie me pisara y se creyera mejor que yo, ser fiel a mis principios y no rebajarme, demostrar que soy periodista a pesar de todos.

29. ¿Cuál es tu mejor recuerdo de 2009?
Una caña con los amigos, una cena en familia, una conversación en Internet a altas horas de la noche… el mejor recuerdo es el resultado de todos ellos.

30. ¿Tu película favorita del año?
Lo tengo fácil: no veo muchas películas y la última que he visto me encantó. El secreto de sus ojos.

31. ¿Qué hiciste en tu cumpleaños y cuantos cumpliste?
Cumplí 25 años. Pagué un barril de cerveza en un bar y allí metí a compañeros de trabajo, amigos y aquellos afortunados que cumplen ambos requisitos. Reímos, bebimos y acabamos a las mil, con resaca y comiendo en un wok al día siguiente. Fue un gran fin de semana.

32. ¿Qué es lo que hubiera hecho tu año mucho más satisfactorio?
Los míos tienen salud, y siento cerca de la gente que quiero. Además, he tenido la oportunidad de acercarme más a gente que no conocía, pero con la que comparto muchas cosas, y he descubierto personas interesantes con las que merece la pena seguir. Si eso no es satisfactorio, se le parece.

33. Describe tu concepto de la moda en 2009:
Mi concepto se resume en una máxima: me pongo lo que me gusta. Soy bastante sencillo vistiendo y odio ir de tiendas.

34. ¿Qué te ha hecho permanecer cuerd@?
El día después. Pensar en que mañana tengo que seguir siendo yo, y que tengo que llegar al listón que me he puesto, para subirlo cuanto antes. Es el motivo para no tirarme en un rincón a cantar con las manos cruzadas por el pecho.

36. ¿Qué tema político te ha removido más?
Muchos. La normalidad con la que se trata la corrupción política. La ligereza con la que la gente de mi generación habla de una guerra que dividió familias y se llevó por delante a mucha gente, de uno y otro bando. La facilidad con la que hablan acerca de nacionalismos aquellos que nos quieren imponer una bandera, sea del color que sea y se llame como se llame. Sobre todo, que la gente repita soflamas que escucha por la tele o copia de Internet sin pararse a pensar lo que significan, y si realmente creen en ellas.

37. ¿A quién has echado de menos?
A mi abuela, la última en marcharse. A la gente de la facultad con la que charlaba todos los días. A Juan para planear trastadas.

38. ¿Quién es la mejor persona a la que has conocido?
¿Este año? Bueno, cambiaré conocido por ‘descubierto’, aunque todavía me queda mucho por descubrir. G, ocupas uno de los primeros lugares, seguro. También Dudo, Indo y Fusa, porque cada día aprendo algo más de cada una de ellas.

39. Dinos una lección valiosa que has aprendido de 2009:
Que los principios no se compran, al menos los míos no están en venta. Que tengo la fortaleza suficiente para mantenerme firme y hacer lo que creo, y que puedo multiplicarme cuando peor se ponen las cosas. He redescubierto mi capacidad de sacrificio.

40. ¿Dirías que el 2009 ha sido un buen año a pesar de todo?
Empezó con mal pie, por aquello de ser un año impar. Luego ha tenido de todo: buenos momentos, malos, un despido de por medio, mucha presión… de todo he aprendido y aquí sigo, fiel a una manera de ser que me define. Puede que sí, que haya sido un año bueno a pesar de todo. Igual tengo que empezar a creer en los años impares...

domingo, 13 de diciembre de 2009

PRÓLOGO (de algo que aún no tiene nombre...)

Afuera todo era niebla y oscuridad. Limpié el vaho de la ventanilla con la manga de la camiseta, pero no pude ver nada más allá de la negrura de una noche que hasta hace poco era tarde, y que se convertía minuto a minuto en el final de un día que ya no sería el mismo nunca más. Es curioso cómo la mente selecciona aquellos recuerdos que quiere guardar y los imprime en la memoria como si fueran fotografías, para que el paso del tiempo no erosione ninguno de sus detalles. Ni siquiera recuerdo cuándo tomé la decisión de marcharme, pero sé que me fui un sábado, en un tren que partió la llanura envuelto en la niebla con destino a las entrañas de una gran ciudad.
Languidecía el otoño más cálido que se recuerda, y aparecieron, de repente, los primeros retazos de un invierno madrugador. En el tren, todo era silencio. Si te concentrabas lo suficiente podías oír el silbido que producía al deslizarse, veloz, sobre los helados raíles, y el sonido de la niebla abriéndose a su paso. Había pasado gran parte del trayecto durmiendo, porque a través de la ventanilla no había mucho que ver. Me desperté unos minutos antes de que la bruma dejara paso a las primeras luces de Madrid, y por primera vez en muchas horas empecé a sentir miedo, porque quizá por primera vez fui consciente de que no sabía lo que me esperaba. Un escalofrío me recorrió la espalda y me hizo estremecer. Reconozco que incluso estuve tentado de volver atrás y empezar a deshacer el nudo que estaba dispuesto a apretar. La indecisión duró un minuto, quizá dos, pero logré acorralarla reuniendo algo del escaso valor que me quedaba, y empecé a planear mi siguiente movimiento.
A decir verdad, Madrid no era para mí una ciudad extraña. Años atrás, con la ilusión intacta en la maleta, me adentré en sus entrañas siendo sólo un crío con la esperanza de que la urbe, descarnada como pocas, vomitara, años después, al joven imberbe e indeciso convertido en un hombre capaz de asumir responsabilidades. La ciudad había fracasado, y quizá por eso decidimos darnos el uno al otro una segunda oportunidad. Por eso, cuando el tren se adentró por completo en la capital y partió en dos sus calles con una lengua de luz, me sentí reconfortado. Recuerdo la primera vez que llegué a Madrid, y el miedo que sentí cuando me lancé en solitario a explorar sus rincones. Es fácil hablar de esa ciudad desde la distancia, pero sólo el que se ha dejado envolver por ella sabe todo lo que puede llegar a despertar en una mente como la mía, dispuesta a empaparse de todos los nuevos retos. El temor se fue diluyendo poco a poco a medida que hacía mías sus esquinas, con la misma velocidad con la que la ciudad iba haciéndome suyo. Madrid es una ciudad que no te da respiro, y que se construye con las almas de la gente que intentan conquistarla. Sus calles se alimentan de los sueños de todos aquellos que por ellas transitan, y es fácil llegar a pensar que dominas la ciudad. Pronto te das cuenta de la mentira que supone, porque Madrid es indomable.
No pude evitar esbozar una sonrisa mientras mi memoria seguía escupiendo recuerdos, y casi ni me di cuenta de que el tren estaba aminorando la marcha porque estábamos llegando a Atocha. Poco a poco, como si de una organizada procesión se tratase, todos los pasajeros se fueron levantando y comenzaron a bajar las maletas de los estantes, y desfilaron, uno detrás de otro, hacia la puerta de salida. Se acababa el calor del tren, y al otro lado de las puertas aguardaban el frío y la ciudad, los primeros minutos de un futuro que ya no podía controlar, a pesar de que fui yo, y sólo yo, el encargado de elegirlo. Me puse el abrigo y la bufanda, y agarré la mochila en la que llevaba, sobre el hombro, lo que me quedaba de vida. Antes de bajar del tren me detuve en la escalera y respiré hondo. Ese gesto, casi espontáneo, supuso el punto y final a todo lo que hasta ahora había conocido. Allí, en el andén de la estación, terminaba mi pasado, y se escribían las primeras líneas de un futuro que jamás podría dominar.