lunes, 26 de septiembre de 2011

Versos para una boda



La vida es una batalla en la que uno necesita aliados
Encontrar en otras manos unas manos amigas
Descubrir en otros labios unos besos olvidados
En otros brazos, un abrazo; una vida en otra vida

Nadie puede tragarse solo todo el polvo del camino
Masticar toda la tierra que el mundo escupe con saña
Aguantar las cuchilladas que tienes guardadas el destino
Sin sangrar sobre otra piel las heridas del mañana

Once años os contemplan, el futuro ya os aguarda
Las miradas serán siempre más ardientes que los votos,
Y hoy vosotros os miráis, desde dentro, desde el alma,
Hoy dejáis de ser un yo para convertiros en nosotros

Escribís la nueva historia los dos cogidos de la mano
Respiráis juntos, a la vez, las horas, los días, las semanas,
Hoy Pedro eres ya, más que un amigo, un hermano
Porque sostienes lo más grande, que es la vida de mi hermana

En sus miedos van mis miedos, en sus lágrimas mi llanto
En sus labios va dibujada la sombra de mi sonrisa
En sus ojos van mis sueños, en sus manos lleva tanto
Que tendrás que descubrirla muy despacio, sin prisa

Vendrán vientos traicioneros que agitarán vuestras verdades
Pero ahora sois más fuertes, juntos no hay quien os derrita
Y aunque llegue el frío del tiempo a romperos las edades
Las desgracias se dividen, las alegrías se multiplican

No hagáis caso de las voces que gritan por los pasillos
Ni de los ruidos que pelean por interrumpir vuestra canción
Las notas de vuestro amor resuenan más que los chillidos
Porque no hay acordes más grandes que los latidos del corazón

Brindo por el pasado, que es el que os ha unido
Brindo por todos los besos que tenéis que compartir
Levanto mi copa por ti, por él, por lo que habéis vivido
Y por todas esas caricias que aún están por venir

Por que no se atreva el mundo a dejaros en el olvido
Por que no empañen las lágrimas vuestras nuevas noches de abril

2 comentarios:

Lau dijo...

Vuelvo a llorar si lo leo, porque te recuerdo leyéndolo en el altar... supiste tocar el corazón de cada persona que llenaba la iglesia.

Naar dijo...

toma ya!!!
ese es mi Ignacio y sus palabras, que llegan siempre. qué afortunada tu hermana de que le lean algo así.
eres grande hasta en verso, niño ;)